The main feature of the Fallas Festivity, a tradition of communities in Valencia and its diaspora celebrating the coming of spring, is the giant falla. The falla is a monument made up of ninots (caricature pieces) created by local artists and craftspeople that provides a commentary on current social issues. Erected in the town square, the falla is set alight at the end of the festivity, which runs from March 14 to 19, to symbolize the coming of spring, purification and a rejuvenation of community social activity. In the meantime, marching bands parade the streets, outdoor meals are held and fireworks staged. Each year, a Fallas Queen is elected to promote the festivity throughout the year encouraging locals and visitors to take part. Know-how associated with the practice is transmitted within families, particularly those involved in the construction of the ninots who belong to different guilds among participating communities. The Fallas Festivity provides an opportunity for collective creativity and the safeguarding of traditional arts and crafts. It is also a source of community pride, contributor to cultural identity and enhances social cohesion. In the past, the festivity was also a way of preserving the Valencian language when it was prohibited.

Celebrada para saludar la llegada de la primavera por comunidades de la ciudad y región de Valencia y por la diáspora valenciana emigrada al extranjero, esta fiesta tradicional se caracteriza por la construcción e instalación de enormes grupos escultóricos (''fallas'') compuestos por efigies caricaturescas (''ninots''), que los artistas y artesanos locales crean inspirándose en sucesos de la actualidad política y social. Para simbolizar la purificación y renovación primaverales de la actividad social de las comunidades, las fallas se erigen en las plazas de la ciudad entre el 14 y el 19 de marzo y se les prende fuego este último día, que marca el fin de los festejos. Mientras dura la fiesta desfilan por las calles bandas de música, el público come al aire libre y se tiran numerosos castillos de fuegos artificiales. Se elige a una reina de la fiesta, la “Fallera Mayor”, que asume la tarea de promover la festividad durante un año, alentando a la población local y a los visitantes a contribuir a la preparación de los festejos y participar en ellos. Las prácticas y los conocimientos vinculados a este elemento del patrimonio cultural se transmiten en las familias, y en particular dentro de las dinastías de artistas y artesanos fabricantes de ''ninots'' que se agrupan en gremios constituidos en el seno de las comunidades ciudadanas participantes. Las Fallas de Valencia propician la creatividad colectiva y la salvaguardia de las artes y artesanías tradicionales. También constituyen un motivo de orgullo para las comunidades y contribuyen a forjar su identidad cultural y su cohesión social. En el pasado, esta fiesta permitió también que se preservara la lengua valenciana cuando se prohibió su uso.